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Cruel final para una España que es de plata (65-67)

España acarició el título del Eurobasket, pero un parcial final de 0-14 condenó al equipo. La amargura de la plata no puede esconder el torneo maravilloso de la selección española.

FEB / Alberto Nevado
© FEB / Alberto Nevado
  

¡Qué crueldad! La selección española se proclamó subcampeona de Europa tras caer frente a una Bélgica que repite título (65-67) y después de un final fatidico donde desperdició 12 puntos de ventaja en los tres cuatro minutos.

España perdió, pero lo hizo fiel a su estilo: ofreciendo una entrega total y luchando hasta el final. La diferencia con respecto a otros días que tuvieron un final feliz estuvo en que enfrente había un equipo en su apogeo generacional. Con la jugadora más determinante del mundo FIBA, Emma Meesseman (MVP del torneo tras 16 puntos, 11 rebotes y siete asistencias en la final), e individualidades de primerísimo nivel como Kyara Linskens (17 puntos) y Julie Allemand (19), protagonistas de la remontada final. Con ellas, Bélgica templó nervios y no cayó en la tela de araña donde quedaron atrapadas las República Checa y Francia.

Fue un partido de cruel final, pero hermoso desarrollo. Con un inicio espectacular donde ambos equipos intercambiaron golpes ofensivos y en el que España dominó esos primeros instantes pero sin ventajas relevantes. La igualdad que se preveía era una realidad dentro de un guion que se saltó Paula Ginzo en el segundo cuarto para anotar nueve puntos. Su acierto ofensivo era lo que se necesitaba para abrir una mínima brecha al descanso (37-31).

Si Ginzo fue la protagonista del segundo cuarto, del tercero lo fue Kyara Linskens… para lo bueno y lo malo. Ella lideró la reacción con la que Bélgica se puso por delante, pero la tercera falta personal le mandó al banquillo y eso lo aprovechó la selección española para entrar en el último cuarto con un favorable 52 a 49.

El partido fue durante tres cuartos una calcomanía de la final de hace dos años, pero un parcial 13-0 a caballo entre cuartos (se pasó del 46-49 al 59-49) hizo que se soñase con el oro. España acarició el título pues llegó a estar 12 arriba cuando el tiempo parecía no dar opción a Bélgica (65-53), pero ahí apareció la enorme figura de Allemand para voltear una final que tuvo el peor de los cierres para España.

FIBA
© FIBA

La puesta en escena fue la que demandaba la final: muy serias y con Alba Torrens y Awa Fam destapando el aro de un Bélgica que no le iba a la zaga y respondía con una defensa que, con robos de balón, le permitía darle la réplica. La final respondía a las expectativas, y si España mostraba un bello juego de pases, Bélgica castigaba con los triples de Antonia Delaere y Julie Allemand (18-18).

El segundo cuarto arrancó con la anomalía de ver a las cuatro estrellas belgas sentadas en el banquillo; una rareza que duró muy poco y que, para desgracia de España, no tuvo consecuencias en el resultado.

Había pasado el momento y eso lo descubrió Paula Ginzo cuando recibió un tapón de Meesseman que sirvió de previa para que la propia pívot volviera a situar a su equipo por delante. Sin embargo, la brava pívot se debió quedar con la matrícula de la acción y siete puntos suyos permitieron que España obtuviera la primera mínima diferencia del marcador (30-22).

Bélgica buscó a Linskens para cortar el momento, pero España seguía encontrando jugadoras en ataque y tras Ginzo, apareció Andrea Vilaró con un triple desde la esquina. El partido respondía a los biorritmos vividos hace dos año y la ventaja española al descanso era de seis puntos (37-31).

Bélgica reconoció la situación y, nada más salir del vestuario, volcó todo su ataque en Meesseman y Linskens, quien volvía a ser una jugadora indefensible para la selección española y lideraba un parcial 6-16 con el que el conjunto belga volteó el marcador por completo (43-47).

Miguel Méndez leyó el momento de partido y lo paró con un tiempo muerto del que la Selección salió agarrándose nuevamente al parqué. Lo hizo en cuartos y en semifinales, y en la final eso le sirvió para remontar con un parcial 9-2 y entrar en el último cuarto con una exigua renta de tres puntos.

El duelo fue espesándose y los aros cerrándose para cada equipo por lo que cada punto valía una vida. Tuvieron que pasar dos minutos de cuarto para ver la primera canasta, pero qué canasta: triple de Aina Ayuso (11 puntos) al que le siguió un robo y canasta de Helena Pueyo. (11)

El drama cambiaba de banquillo y ahora Bélgica se veía en apuros pues acumuló más de cuatros minutos sin anotar y, cuando lo hizo, España había llegado a la barrera psicológica de los 10 puntos.

Los nervios (y el cansancio) planearon por las cabezas belgas y eso se apreció en un triple precipitado de Meesseman. La estrella veía que la defensa española negaba las líneas de pase y su fallo elevó la ventaja hasta el 63 a 51. El trabajo estaba hecho y la renta construida había que preservarla frente a las acometidas que empezaron a llegar a cuatro minutos del final.

Primero Linskens y luego Allemand llevaron el partido a un dramático 65-64. El campeonato se merecía este final, pero no los corazones españoles. Estos quedaron rotos por completo cuando, a ocho segundos para la conclusión del encuentro, un robo y canasta de Delaere hacía realidad la remontada imposible belga. La heroína de las semifinales también lo era de la final para mayor desgracia de España.

65 - España (19+18+15+13): Ortiz (3), Torrens (3), Pueyo (11), Carrera (10), Fam (9) -quinteto inicial-, Ginzo (11), Araujo (-), Buenavida (4), Etxarri (-), Ayuso (11), Vilaró (3) y Martín (-).

67 - Bélgica (18+13+18+18): Vanloo (4), Allemand (19), Delaere (9), Meesseman (16), Linskens (17), -quinteto inicial-, Ramette (2), Claessens (-), Mununga (-), Massey (-), Vervaet (-), Lisowa Mbaka (-) y Joris (-).

Árbitros: Gatis Salinis (Letonia), Paulina Karolina Gajdosz (Polonia) y Peter Praksch (Hungría).