La selección española volverá a pelear por las medallas en un Eurobasket tras vencer en semifinales a la República Checa (88-81). El equipo de Miguel Méndez no jugó su mejor partido, fue por detrás en el marcador durante gran parte del encuentro, pero tuvo la virtud de ser fuerte mentalmente en lo momentos malos y de encontrarse a una sublime Raquel Carrera (31 puntos y ocho rebotes) para ejecutar la reacción.
España estuvo fuera del partido durante gran parte de la primera parte. Superada por la intensidad checa, el desacierto se apoderó de las jugadoras españolas. En ataque no tenía la clarividencia de la fase de grupos (en la media parte el equipo había perdido 10 balones y solo había repartido 8 asistencias) y eso se trasladó a una defensa que se mostró incapaz de frenar el uno contra uno y cerrar el rebote del rival (9 para Chequia al descanso).
Entre tanta mala noticia, al menos estaba Raquel Carrera y ella sostuvo desde la personal al equipo. Lo suyo comenzaba a sonar a gran día, pero era insuficiente para voltear la situación y la República Checa llegó a tener una ventaja de 14 puntos (30-44).
Tras el descanso, las palabras que se escucharon en el vestuario obraron el hechizo necesario y España borró de su mente la primera parte. No fue sencillo, porque se venía de muy atrás pero, Aina Ayuso (20 puntos) apareció para asociarse con Raquel Carrera y liderar la remontada del equipo.
La selección fue cambiando los números del partido y a ejecutar mejor los ataques. Los balones tenían el protagonismo de Ayuso y Carrera, pero fue defensa coral lo que empequeñeció a un rival superado por el peso histórico de España y el calor de la remontada.

La fría puesta en escena española condicionó el encuentro y en todo momento le hizo ir a remolque en intensidad de su rival. La República Checa entró con una marcha más, especialmente Eliska Hamzova quien sacaba provecho de su uno contra uno para dar las primeras ventajas a las suyas. Al contrario, España tardó casi tres minutos en sumar sus primeros puntos, aunque si malas eran las prestaciones ofensivas, el rebote en su aro era una sangría que hacía disparar la ventaja checa (8-15).
El necesario cambio de cara llegó con el segundo cuarto y los triples de Aina Ayuso y Elena Buenavida aliviaron el oasis anotador que era Raquel Carrera. En todo caso, el desatasco ofensivo apenas se traslado en una mejoría del marcador ya que Petra Holesinka y Julia Reisingerova mantuvieron la ventaja alrededor de los cinco puntos.
La situación incomodaba a la selección española y eso se veía en sus gestos y juego. El balón no circulaba con la rapidez y precisión de otros días, y una sucesión de balones perdidos provocó un parcial de 0-8 con el que la República Checa se fue a un preocupantes 26-39 a poco del descanso
El paso por el vestuario surtió el deseado efecto vigorizante y España entró con mayor decisión ataque y fortaleza en defensa. Las caras mostraban mayor determinación y sólo Hamzova podía contener el buen momento español. Alba Torrens, con un triple esquinero, culminó el momentum y cerró un parcial de 11-0 con el que España se situó por primera vez por delante en el marcador (56-54).
Lástima que Holesinka se encargase de enfriar la reacción y dos triples suyos volvió a la cruda realidad de tener que remar a contracorriente en el último cuarto (61-66).
En todo caso, lo de la alero fue un golpe más anímico que efectivo en el marcador. España ya tenía callo de tanta adversidad previa por lo que no se inmutó más de lo necesario: su ataque funcionaba (acabó con 19 asistencias) y Ayuso comandó un parcial 7-0 con el que nuevamente España asomó la cabeza por el marcador. Fue el momento de Ayuso, el momento de la MVP de la Copa de la Reina, quien, con ocho puntos, dio el paso adelante que requería la situación (71-68).
Con ella al mando, el equipo encontró a la socia perfecta de Carrera y España se dedicó a sobrecargar el aro checo, más aún tras la quinta personal de Reisingerova. Para la República Checa, al hecho de verse abajo cuando acarició durante muchos minutos la victoria, se le sumó la ausencia de su referente interior y el lógico cansancio que apareció en sus muñecas calientes.
España estaba a un paso de dar el golpe de gracia al partido, necesitaba una mínima ventaja y esta llegó a dos minutos para el final. Después de tanto remar, la orilla se vislumbró cuando alcanzó seis puntos de ventaja (84-78). No había ni tiempo, ni fe para que la República Checa protagonizase un último giro de guion. España volvía a las semifinales y se citaba nuevamente con Francia.
España (12+21+28+27): Ortiz (2), Pueyo (2), Torrens (14), Araujo (-), Fam (-) -quinteto inicial-, Ginzo (5), Vilaró (-), Buenavida (7), Etxarri (7), Ayuso (20) y Carrera (31)
República Checa (18+26+22+15): Hamzova (20), Vorackova (7), Vyoralova (-), Cechova (13), Reisingerova (10) -quinteto inicial-, Stoupalova (6), Hanusova (-), Holesinska (23), Pospisilova (), Andelova (2), Zeithammerova (-)
Árbitros: Martin Horozov (Bulgaria), Silvia Marziali (Italia) y Peter Praksch (Hungría). Eliminaron por cinco faltas personales a Reisingerova (m.34)