La acb, en nombre de todos sus clubes, quiere expresar su más sentido pésame a la familia y amigos de José Antonio Arizaga, fallecido este martes 3 de diciembre en Madrid a los 89 años.
Arizaga ha sido una figura relevante en la evolución del baloncesto español en las últimas seis décadas hasta alcanzar su actual época dorada. Entre sus importantes contribuciones, traer a España a Drazen Petrovic, Arvydas Sabonis u Oscar Schmidt.
Licenciado en Derecho, su vinculación al baloncesto comenzó muy pronto por su amistad con jugadores del Estudiantes de la época de los 70 como Antonio Díaz-Miguel, Jesús y Leopoldo Codina, los hermanos Ramos, entre otros, lo que le llevó a estar muy cerca de los entornos baloncestísticos como jugador aficionado, árbitro y periodista en distintos medios. Trabajó en “TP”, la revista especializada de televisión, la agencia “Colpisa”, pero disfrutaba especialmente con sus crónicas de baloncesto para el ya desaparecido diario deportivo “Dicen” de Barcelona y, mucho más adelante, formando parte del equipo fundador de la revista de baloncesto “Basket 16”.
Aunque nacido en Madrid, Arizaga -eludía el García de su primer apellido- decía ser vasco de San Sebastián por ser el origen de su madre, con quien se crio mientras su padre permaneció exiliado en Francia desde la Guerra Civil, de donde nunca volvió. De carácter decidido, fue asumiendo protagonismo en el baloncesto español e internacional.
Colaboró estrechamente con Raimundo Saporta, histórico vicepresidente del Real Madrid, FIBA, Federación Española de Baloncesto y presidente del Comité Organizador del Mundial de Fútbol España 1982 y, apasionado del baloncesto, en la organización de los tradicionales Torneos de Navidad que organizaba el club blanco en el antiguo Pabellón de la Castellana contratando a los equipos y selecciones más fuertes de Europa, la antigua Yugoslavia y la antigua U.R.S.S.
Con la llegada progresiva de jugadores extranjeros en los equipos de la recién creada acb, se hacía necesaria cada vez más la figura de los agentes, por lo que Arizaga creó, junto a su amigo Fernando Bermúdez, la agencia “Ariber”. Ya retirado, contaba Arizaga a sus más cercanos que Salvador Alemany, el directivo responsable del baloncesto en el Barcelona, le hizo el encargo imposible de fichar a Drazen Petrovic porque era el azote del Real Madrid con la Cibona de Zagreb. Por aquel entonces, una ley prohibía a los jugadores jóvenes salir de Yugoslavia. Drazen tenía 22 años y hubo que cambiar la ley para que pudiese salir. Arizaga, capaz de todo, acabó reconociendo públicamente que “tuvo que repartir mucho dinero” para cambiar esa ley. Al final, cuando Petrovic estaba a punto de coger el avión rumbo a Barcelona, Alemany le insinuó que el entrenador, Aíto García Reneses, no le quería por su carácter... por lo que Arizaga llamó a Ramón Mendoza, presidente del Real Madrid, y le preguntó si quería a Petrovic. A los pocos días estaba a las órdenes de Lolo Sainz formando equipo con Corbalán, Fernando Martín, Romay, Iturriaga, Biriukov, Antonio Martín...
No contento con el impacto internacional que había supuesto el fichaje “imposible” de Petrovic se propuso traer también a España a Arvydas Sabonis, estrella del Zalgiris de Kaunas y de la selección soviética del legendario Alexander Gomelski. Nadie podía pensar que pudiera repetir la operación con Sabonis hasta que un día apareció en España. El jugador estaba recuperándose de una lesión, llegaba para el Villalba, pero al final jugó en el Fórum Valladolid hasta que el Real Madrid le reclamó y marcó una etapa dorada en el club blanco.
Desde la agencia “Ariber” como con la que formó después con Arturo Ortega, "Arior”, trajo también a España jugadores como Óscar Schmidt Becerra, el gigante Tkachenko, Tikonenko, Kurtinautis, Slab Jones, Ricky Winslow y también a la jugadora soviética Semenova. También ejerció como mánager de entrenadores del nivel de Antonio Díaz-Miguel, Gomelski, Luyk, Brabender, Jesús Codina, Mario Pesquera, Pavlicevic y otros muchos.
Con la muerte de José Antonio Arizaga el baloncesto pierde a uno de los protagonistas que lo han hecho grande y sus amigos, a un amigo muy especial. Y Ana, su mujer, a su compañero de vida durante 57 en los que se han tenido el uno al otro compartiendo gustos culturales y una trayectoria vital intensa.