“Esta es la historia de mi hermana Miriam”… “De mi primo Jaime, de 10 años”… “Tengo una hija con una discapacidad física”…“Para mí, ir a la escuela era una pesadilla”... “Jordi era mi mejor amigo”…“Nunca iba al patio, tenía miedo” y tantas historias llenas de dolor y miedo, producto de ese monstruo con cara de niño, el acoso escolar.
“Todo terminó cuando Jaime decidió saltar por una ventana”.
Son relatos duros y dramáticos, pero también reales. Los hacen suyos Darío Brizuela (Barça), Alberto Díaz (jugador del Unicaja), Ibon Navarro (entrenador del Unicaja), Guillem Vives (Joventut Badalona) y Víctor Claver (Valencia Basket), concienciados como los demás jugadores y entrenadores de la liga con Actuamos contra el Bullying, la campaña contra el acoso escolar que impulsa la acb desde 2019.
Con su ayuda y la de muchos amigos que han aportado su granito de arena a lo largo de estos años, Actuamos contra el Bullying afronta su quinta temporada luchando contra el acoso escolar. Entre los aliados de Actuamos contra el Bullying han estado, entre muchos otros, Estopa, DUX Gaming, Rafael Nadal Academy, Miquel Montoro, Ángela Marmol, Hand Solo, Darko Peric o nuestra recordada Itziar Castro, imagen de la campaña la pasada temporada. Tu lucha sigue siendo la nuestra, Itziar.
Los jugadores lideran una red de amigos contra el acoso escolar
Esta temporada, Actuamos contra el Bullying va a crear una red de amigos contra el acoso escolar, impulsando un plan de convivencia firmado y apoyado por nueve jugadores de la competición, y propuestas para los centros escolares. Porque un tercio de los niños y niñas sufren bullying y no podemos, no queremos, mirar hacia otro lado.
Los jugadores Darío Brizuela, Víctor Claver, Quino Colom, Alberto Díaz, Augusto Lima, Sergio Llull, Sergi Quintela, Guillem Vives y Fernando Zurbriggen firmarán e impulsarán un plan de convivencia que se podrá consultar online y al que los colegios podrán sumarse o hacer suyo. Entre los coles apuntados, se realizarán visitas de alguno de los jugadores para la aplicación del plan.
El plan de convivencia se basa en una premisa clara: el acoso no es cosa de dos, de uno que agrade y otro que recibe, sino que es un acto social en el que los testigos juegan un papel decisivo. Sin testigos no hay acoso; el maltratador obtiene recompensas sociales que aumentan su poder y autoestima dentro del grupo. Si los testigos se ríen del acoso, seguirá haciéndolo. Si nadie lo hace, parará. Por ello, el bullying se produce sobre todo en los lugares con menor supervisión, como puede ser el patio del recreo. Y de ahí la propuesta de la acb, de generar entornos seguros donde los testigos no refuercen esas conductas dañinas y ayuden a los afectados.